Natalia Villanueva Fernandez
28 de enero de 2025
¿El teatro puede ser visto como un ritual? Una mirada al «teatro de la crueldad» de Antonin Artaud, donde la experiencia sensorial y emocional redefine los límites del arte escénico.
Dentro de las ideas que pueden surgir cuando pensamos en teatro, probablemente vengan a nuestra mente escenarios, diálogos impactantes y una conexión con las emociones profundas que buscan representar los actores. En su texto El teatro y su doble, el dramaturgo francés Artaud lleva la idea del teatro más allá de estas nociones. Este ensayo es una joya que nos brinda una perspectiva revolucionaria y vanguardista que salta de las convenciones establecidas enfocadas en el teatro occidental, la palabra y el diálogo, dándonos una mirada más íntima, liberadora y humana, que explora la catarsis en su forma más realista para impresionar al espectador. Estas ideas no solo han sido influenciadas por pura teoría, sino que Artaud se valió de su experiencia en la práctica del teatro para explorar los límites del arte escénico.
Para Artaud, las palabras no son suficientes. Por ello, trabaja diferentes aspectos culturales, como lo psicológico, el teatro oriental y el teatro occidental, los cuales van a converger en una relación que explica el concepto principal que desarrolla en su obra, el «teatro de la crueldad». Por medio de metáforas y un lenguaje poético complejo, el autor expresa de manera novedosa la búsqueda metafísica inherente a la exploración teatral. Esta expresión trasciende más allá del ámbito lingüístico y textual, manifestándose de manera sensorial y corporal en la puesta en escena.
Por lo que, a través de esta idea, busca que el teatro despierte las emociones más primarias y profundas del espectador. Entendiéndose la intención de Artaud por abordar la idea de un teatro físico y sensorial, donde la palabra, el gesto y la música se conviertan en un ritual para crear una experiencia teatral que trascienda las barreras intelectuales y alcance el inconsciente colectivo, llevándonos al límite y a la agitación porque el teatro debe replantear el mundo interior del ser humano.
En este sentido, se plantea que el «teatro de la crueldad» no se refiere a la violencia física en sí misma, sino a una intensidad extrema, y a menudo ritualizada, que busca desencadenar respuestas emocionales y espirituales en el espectador, porque el teatro debe confrontar lo conocido para liberar las emociones reprimidas y despertar la conciencia. De modo que se busque replantear el mundo interior del ser humano, ya que debe despertar un conflicto entre nosotros.
Así pues, en esta edición de El teatro y su doble (2020) de Colmena Editores, se ofrece una perspectiva fiel al propósito original de Antonin Artaud sobre el potencial revolucionario del teatro como arte y los desafíos convencionales que atraviesa, a pesar de la complejidad de su estilo poético y sus metáforas provocadoras que pueden requerir de una lectura más reflexiva.
