Ivanna Morales Peñaloza
13 de noviembre de 2024
“Make America Great Again” ¿Sobre qué América hablamos? ¿Cuáles son los valores que la representan?
Agendas en debate
El pasado martes 5 de noviembre, Estados Unidos votó y Donald Trump se declaró el vencedor de una acalorada contienda política, contra la demócrata, Kamala Harris. La incertidumbre sobre tan esperado resultado tuvo al mundo entero al borde de sus sillas. Con una notoria diferencia en sus agendas, el rumbo que tomaría el país norteamericano era discernible entre ambos candidatos. El debate se centró en los planes para abordar la inflación, comercio internacional, impuestos, energía, especialmente, derechos civiles.
A lo largo de la campaña, Harris se ha mostrado a sí misma como la representación de una nueva ola histórica, siendo candidata mujer, descendiente de inmigrantes y un estilo de discurso no confrontacional. Su posición en los temas de interés popular fue de inclusión, prometiendo velar por el bienestar de las familias de medio-bajo recursos, mitigando las consecuencias de la inflación mediante subsidios y recaudando dinero del sector privado, proponiendo más impuestos a los empresarios de salarios mayores a $400,000. De la misma manera, su apuesta por la educación involucraba la universalidad de acceso y pluralidad en las aulas. Así mismo, en repetidas ocasiones ha mostrado simpatía por movimientos sociales, incluyéndolas en su propuesta presidencial, como la advocación por los derechos reproductivos, cuotas ambientales, equidad y medidas antidiscriminatorias.
En oposición a la agenda liberal, el partido republicano ha enfatizado en su discurso nacionalista y la adopción de una posición proteccionista en el contexto internacional. “Make America Great Again” es el slogan que ha representado las tres postulaciones presidenciales de Trump. Él priorizó temas como la inflación y el comercio, girando su visión hacia la reivindicación de los recursos nacionales. El aumento en la extracción de petróleo y las tarifas altas de importación, prometiendo a los ciudadanos estadounidenses recaudar el capital suficiente para una mejor circulación monetaria en el país y a su vez, construir una barrera de protección para los productos locales. Por otro lado, mencionó que continuaría con la disminución general de los impuestos, medida que se acató en su anterior mandato presidencial y según expertos de la BBC, favorecieron principalmente a los más grandes empresarios.
A diferencia de Harris, Trump ha mencionado con regularidad su escepticismo hacia la causa de los movimientos sociales, como el feminismo, anti-discriminación, urgencia climática, migración o derechos LGTBI+, pues cree que son fuente de separatismo en la identidad nacional. Esto último, una piedra angular en la agenda MAGA, la creación de una unidad basada en principios compartidos que recuerden los orígenes comunes de los americanos.

Imagen en el portal Reporte Indigo
Comisión 1776: los valores y significados republicanos
Este contraste de pensamiento mucho más tradicionalista se encuentra reflejado en los principios que respaldaron la declaración de la Comisión 1776. Un Comité Asesor Federal creado en 2020, por el aún presidente Trump, y que se espera vuelva a surgir con la nueva administración. Esta se plantea sobre la problemática de la ausencia de una identidad común que diferencie a la comunidad americana, exacerbada por la pluralidad contemporánea. Así, la misión de la Comisión se encuentra en la instrucción de los principios fundacionales, en los cuales la Constitución fue concebida: igualdad, legitimidad, libertad y justicia.
El plan trumpista para reivindicar la “educación patriótica”, plantea un cambio en la currícula estatal, con el fin de saldar el separatismo nacional de los últimos años. Es importante resaltar además que esta se empezó a gestar en contraposición al Proyecto 1619, publicaba por el The New York Times y ganadora de un premio Pulitzer, la cual sugiere que la historia contemporánea de Estados Unidos no empezó con la declaración de independencia, sino en 1619 cuando los primeros esclavos llegaron en barcos a las costas de Virginia. Así, este promueve replantear la historia americana en torno a las dificultades del pragmatismo de los principios plasmados en las declaraciones oficiales y cómo la vía legal no fue suficiente para promoverlos, sino que a lo largo de los años las minorías negras habrían luchado por la verdadera legitimidad y ejercicio de las mismas. Esta situación llevó a perpetuar un sistema de estado inherentemente segregacionista, donde los más favorecidos han sido la mayoría blanca. El proyecto 1619 propone una currícula donde se enseñe sobre la cronología de opresión, para entender los fundamentos de los problemas sociales que aborda el país en la actualidad.
La labor de la Comisión 1776 comienza identificando los principios fundacionales y trazando su validez contemporánea en el accionar gubernamental y cívico. Igualdad, legitimidad, libertad y justicia, son los valores que han llevado a la potencia americana a ser un referente en el sistema internacional, ¿o no?
El reporte emitido por la Comisión Asesora en 2021, exhibe los pilares de este plan de reivindicación nacional: el rol de la familia, ilustración patriótica, revisión de fuentes primarias, rechazo a nuevas ideologías. De manera más detallada, el nuevo plan de educación propone devolver a las familias el rol principal de educadores, permitiendo a estos elegir a los profesores que enseñan en las escuelas y la revisión continua de los contenidos de aprendizaje. Así pues, estos últimos, profesores y currícula, deberían orientarse a enseñar los principios de la Constitución que permitan el desarrollo de ciudadanos que respeten la ley, el orden y la fe familiar. Seguidamente, la Comisión propone una nueva manera de enseñar historia y es a través de la revisión de documentos originales como la Declaración de Independencia, Constitución, transcripción de discursos, etc.
De la misma manera, el reporte delimita e identifica ciertas amenazas clave hacia la identidad estadounidense, como la esclavitud, el progresismo, fascismo, comunismo, racismo y la política identitaria. Este último término resulta fundamental para entender la dirección de la visión republicana, pues se refiere a una ideología que enfatiza algún grupo social basado en características como raza, género u orientación social.
En ese sentido, el pilar de “rechazo a nuevas ideologías” se refiere justamente a la negación sobre movimientos que han tomado relevancia en los últimos años como el feminismo, cambio climático o la lucha de derechos de la comunidad queer. Sin embargo, el año donde fue concebida la Comisión coincide con el protagonismo de las exigencias del Black Lives Matter, movimiento que logra visibilizar una serie de arrestos arbitrarios y casos de abuso de poder. Este movimiento es particularmente relevante pues pone en discusión el racismo sistemático que aún aqueja a las comunidades afroamericanas en el país; sirviendo de ejemplo para el levantamiento de otras comunidades migrantes en territorio americano, tal como fue “Stop Asian Hate”, movimiento que exigía justicia ante ataques de odio contra personas de ascendencia asiática.
Proyección de la nueva presidencia
El país votó, y por fin tenemos un ganador. Junto a la reimplementación de la Comisión 1776, Donald Trump anunció en la campaña que seguiría con la eliminación de los cursos en teoría crítica de raza y concientización sobre el “privilegio blanco”, los cuales eran parte de las capacitaciones a funcionarios públicos federales para hacer frente a los retos de la gobernanza pública. De la misma manera, el reciente anuncio de su plan para la eliminación del Departamento Federal de Educación despierta las alertas de profesionales y padres a lo largo del país.
Entender este tipo de propuestas resulta fundamental para comprender las normas, valores y significados de la entrante presidencia estadounidense, la cual plantea características contrarias a la interiorizada formación globalista de los jóvenes ciudadanos. Si bien esto parecería limitarse a las fronteras políticas, no debemos ignorar la posición de Estados Unidos en el sistema internacional, el cual por décadas ha sido el hub de los avances y retrocesos en la agenda mundial. Así pues, si el cambio en la retórica de una potencia fundamental se manifiesta tan severamente como se planea, esta representaría no solo un reordenamiento del pensamiento nacional, sino internacional.