El cine andino y el estreno de “Kinra”

El cine andino dio a luz una producción cinematográfica llamada Kinra, que retrata el problema del estudiante universitario migrante de los Andes.
Junior Jorge Huanacuni
17 de noviembre de 2024

Frame de la Película Kinra, compartida por el equipo de producción.
La juventud es una etapa crucial en la vida, marcada por cambios importantes en el desarrollo personal, la identidad social y la percepción del mundo. Los jóvenes se enfrentan a sus propios desafíos y oportunidades donde la sociedad debería contribuir a favor de su bienestar y asegurar un cambio generacional exitoso. Pero, muchas veces, su desarrollo se ve limitado por situaciones socioeconómicas; uno de estos problemas es la migración juvenil que afecta a los países andinos, como Perú.
Una realidad de lo que venimos hablando se refleja en la película Kinra (2024), que es la primera producción cinematográfica del director cusqueño Marco Panatonic. La película es considerada parte del cine andino que ha ganado relevancia por retratar los problemas de los jóvenes que viven en los Andes, las tensiones entre lo rural y lo urbano, la discriminación y la migración. Además, Kinra también retrata las angustias y penas de una separación familiar, motivada por los deseos de superación.
Este largometraje se estrenó a nivel mundial en el certamen cinematográfico más importante de 2023, el Festival Internacional de Cine de Mar de Plata, en Argentina, donde recibió el premio a mejor película. En aquella ocasión, Marco Panatonic dedicó el premio a los fallecidos en las protestas contra el gobierno de Dina Boluarte. También fue premiada en el Festival de Cine de Lima 2024, donde dijo: “Este premio va para todos los marrones del Perú”, dando a entender que su producción refleja el sentir de los peruanos que viven en el interior del país. Sin embargo, recién el 14 de noviembre de 2024, Kinra llegó a las salas comerciales.
La película cuenta la historia del joven Atoqcha, quien transita entre su casa en las montañas, donde vive su madre, y la ciudad del Cusco, buscando un futuro como estudiante universitario. En su camino, encontrará un amigo que lo acogerá como su familia; pero no puede olvidar a su madre ni a su hermana, quien también está buscando su camino en la ciudad o en la tierra donde creció.
De seguro, la película abrirá el debate sobre la migración del campo a la ciudad, un problema que afecta de cientos de jóvenes que toman la difícil decisión de dejar sus lugares de origen por una mejor educación y migrar a las grandes capitales, donde están las universidades públicas. Siendo así, muchos jóvenes se sentirán identificados con la película. Tal es el caso de quien escribe estas líneas, quien emigró desde Puno a Lima por una mejor educación. En carne propia, he experimentado lo difícil que es dejar atrás una vida llena de costumbres y estar a 1510 km de distancia de su familia, sopesando angustias y sinsabores, pero lleno de sueños.
Invito a todos a ver esta película, que busca rebelarse de forma sutil contra la injusticia.