¿El mundo es nuestro?: 30 años de ‘El Odio’

El mundo es nuestro, solo nos hace falta descifrar quiénes somos “nosotros”, entre la marginalidad y la discriminación.
Santiago García
29 de enero de 2025
El Odio (1995) es una película francesa que nos muestra un día en la vida de tres hombres jóvenes en un lugar marginal de París, después de que uno de sus amigos, Abdul, estuviera en riesgo de morir a causa de los golpes de parte de policías que acudieron a controlar una revuelta en el barrio. Vinz, un judío deslumbrado por la cultura gánster, Saïd, un musulmán con un actitud noble y Hubert, un afrodescendiente con un pasado turbulento y un sueño de tener un salón de boxeo, serán quienes nos guíen durante el filme y nos muestren como es la vida de quien no tiene un lugar en el mundo.
Ninguno de estos tres personajes es parisino realmente, o ninguno de los tres se siente como tal. Su origen racial y barrial los sitúa por fuera de la idea de un parisino. Sus acentos, su ropa y su vida difiere radicalmente con la del resto de París y esto va a marcar una tremenda diferencia entre el pequeño mundo en el barrio que estos tres jóvenes desempleados se han ido construyendo y el de la ciudad de la ‘libertad, igualdad y fraternidad’.

Fotograma de la película 'El Odio'. Hubert, Saïd y Vinz
En medio de la noche, nuestros tres protagonistas, que salieron de su barrio a cobrar una deuda, pierden el transporte público, lo que los obliga a estar a la deriva en la ciudad. Allí, se encuentran con gente de clase alta que los saca a patadas de sus espacios, con policías que los ven como criminales y con neonazis que los ven como mugre. Aunque la ciudad les dice en una publicidad ‘el mundo es vuestro’, los expulsa de todos los lugares por no pertenecer al mismo universo que existe en los barrios no marginales. Por eso cuando Saïd cambia con pintura la frase de ‘el mundo es vuestro’ por ‘el mundo es nuestro’, la película parece rebotar en una pregunta que nos persigue hasta el nuevo mundo ¿Quiénes somos ‘nosotros’?
Encajados en ningún lugar y dueños de nada, el único lugar al que parecen pertenecer es al barrio marginal en donde se criaron y el sentido de vida que construyeron a partir de él es la imagen de un hombre que cae y durante la caída se repite “Todo está bien”. Allí pareciera que además de su amistad, solo hubieran cultivado enemigos. Vinz es la viva imagen de esta situación, él está en contra de todo el mundo: en contra de los policías que oprimen a sus amigos y a su barrio, en contra de los neo nazis que los acosan, en contra del alcalde que los ve como un estorbo, en contra de los guardias que los ven como invasores y en contra de la prensa que los ve como animales exóticos.
Que Abdul muera significa para Vinz que le es arrebatado lo único que ha conseguido. Fuera del odio por ideologías, que es más cercano a Hubert, quien tiene posiciones políticas más claras y es un personaje más centrado, Vinz es un personaje que le arrancan a pedazos todo lo que podría usar para sentirse parte de algo. Cuando a este hombre se le es arrebatado todo lo que componía su pequeño intento de hacerse un hueco en el mundo, el sentido de comunidad se desploma, pero no el de diferencia. El amor abandona la escena para dar paso al único y gran protagonista de una marginalidad que solo tiene enemigos: El Odio.

Fotograma de la Película 'El Odio'. Vinz imitando Robert De Niro en Taxi Driver